Buscar este blog

sábado, 6 de noviembre de 2010

…La subersiva visión de las mujeres en la cultura…

Cuatro mujeres de tres culturas  diferentes más una presentadora con transtorno bipolar se dan cita dentro del cuerpo de una actriz argentina que hace de un callejón de Guanajuato su escenario, dentro de lo que se denomino Festival Internacional Cervantino Alternativo, que se viene realizando a  la par que el oficial.
Una propuesta talentosa, diferente, desafiante y por tiempos subersiva se desarrolla en la mente de Marania, quien nos va llevando paso a paso, línea a línea, vestido a vestido, argumento a argumento a su propio mundo,  y su reflexión sobre la cultura, en las alas, voz y pensamiento de  cuatro mujeres y su visión del mundo.
Con diversos cambios de vestuario en escena, realizando al mismo tiempo hasta tres personajes,  sobre un escenario minimalista instalado en los escalones del callejón de la Condensa en Guanajuato,  Marania inicia  su “Encuentro Femenino de las Culturas” siendo exclusivamente la cabeza de una presentadora de televisión  bipolar que  a ratos dice lo políticamente correcto al tiempo que reflexiona sobre la realidad que observa.
Detrás de una escasa cortinita negra  Marania se convierte en primera instancia  en  Zoila  Sorila una mujer mayor e indígena con sabiduría interna y también nos presenta  Waychupica una muchacha provinciana, ambas mujeres representativas de habla hispana que la autora ha observado en los recorridos por Sudamerica y quienes reflexionan sobre la cultura y su entorno mientras nos muestran sus características, su idealismo, su problemática  y su  pensamiento como mujeres.
 A decir de la autora, creadora y actriz Mariana Smilevitz  o “Marania”  estos personajes son “un homenaje a todas las muchachas de los distintos países de Sudamerica de habla hispana, a sus mujeres, sus cholitas, sus paisanas”  y  comparte que Zoila Soroila, “también tiene algo de mi abuela”.
Iniciado el recorrido Marania nos sorprende y nos presenta a Wan Chan Cuan, una mujer oriental, con quien no compartimos ni los rasgos ni el idioma, ni mucho menos la ideología y nos presenta una reflexión sobre el cambio interior que puede sufrir una mujer en la que trata de quemar literal y realmente su pasado y su esencia con la intención de lograr un cambio en su vida. Mediante un desempeño físico importante, casi sin palabras, Marania nos hace llegar el mensaje universal del cambio y la búsqueda interna de paz mientras se enfrenta con la disyuntiva de ser una mujer oriental, con quien descubrimos, compartimos más de lo que imaginamos.
Cuando pesamos que ya hemos visto todo, Marania, nos presenta a Trisha Putrefuction,  una punketa de Londres, quien nación de la observación de jóvenes y adolescentes extranjeros, europeos o gringos, medio punkis o anarquistas, que llegan a Buenos Aires donde se quedan a vivir, siendo a decir de la interprete “graciosos y tiernos”. Ella también nos da su visión sobre la cultura, la vida y su problemática de forma graciosa e ingeniosa.
Marania cierra con una reflexión de la presentadora bipolar, en donde cuestiona que es la cultura, que ha estado reflexionando, cuestionando y planteado a lo largo de la obra en la voz y visión de cuatro mujeres distintas, para dejarnos el planteamiento que todos somos seres humanos  iguales independientemente de nuestra visión cultural. Al final, Marania pasa a los asistentes “su gorra” que es la forma en que se gana la vida y va viajando por su país y sudamerica.
Finalmente, la actriz y creadora, en entrevista reflexiona, “la cultura son todas nuestras producciones y proyecciones humanas, y como tal, tenemos que abogar y trabajar para que todo a lo que llamemos cultura, se oriente y busque la paz, interior, personal entre todos, con el planeta y con el universo”.